Según un estudio revela que ver la fotografía de la persona que más amas puede reducir el dolor hasta en un 44%, tal como lo hace el paracetamol.
Los científicos han descubierto que mirar la fotografía de un ser amado embota la actividad en las áreas de procesamiento del dolor en el cerebro. Y lo hace en el mismo grado que el paracetamol o los narcóticos como la cocaína.
Según la teoría de Arthur Aron, profesor de psicología en la Universidad de New York, las áreas del cerebro activadas por el amor intenso son las mismas áreas sobre las que actúan los fármacos para reducir el dolor.
¿En qué consistió el estudio?
Pues bien, el estudio consistió en que 15 estudiantes (ocho mujeres y siete hombre) trajeran unas fotos de sus parejas, y las fotos de un conocido no tan querido, pero igualmente atractivo. Los investigadores pasaron las fotos ante los sujetos, mientras calentaban un estimulador térmico controlado por ordenador en la palma de su mano, para causar un dolor leve.
En ese momento, con una máquina de resonancia magnética sus cerebros fueron escaneados. Así pues, la mirada de un ser amado redujo el dolor ente un 36 y un 44 por ciento.
Uno de los lugares claves para la analgesia inducida por el amor es el núcleo accumbens, un grupo de neuronas del encéfalo que actúan como centro de recompensa clave en la adicción a los opiáceos, la cocaína y otras drogas peligrosas de uso y abuso. Es la región que le dice al cerebro que realmente necesita tomar otra dosis para sentirse bien.
¿Que beneficio reporta tal descubrimiento?
Esta similitud de actuación confirma la teoría de que es posible aliviar el dolor sin acudir a los narcótico o a los medicamentos, borrando de un plumazo los efectos secundarios de estos fármacos y adicciones. Y todo gracias al amor, cuya “química” es igual de poderosa que la de la droga más dura.
Por supuesto, los científicos no están recomendando a los pacientes con dolor crónico que tiren sus analgésicos por la ventana y salgan a la calle en busca de una bonita historia de amor apasionado, sino que una mejor comprensión de estas vías neurales de la recompensa provocada por el amor puede llevar a nuevos métodos para producir un alivio sintomático del dolor.