Luego de que se inicia un nuevo papado surge la profecía de Nostradamus sobre un Papa de color. Los hilos de la incertidumbre se tejen nuevamente tras la renuncia del Papa Benedicto XVI, luego de que sonara el nombre del cardenal Peter Turkson, de Ghana para asumir el pontificado.
Turkon es afrodescendiente y en relación con esto hay una importante profecía anunciada por el propio Nostradamus.
Según una profecía de Nostradamus, "el sucesor de piel oscura será el último antes del temido Apocalipsis".
En la edad media, entre la peste y la incertidumbre que existía en aquellos momentos, en el Vaticano residía el hombre con mayor poder para esa época de oscurantismo y miedo absoluto al castigo de Dios. La visión que llegó a Nostradamus le hablaba de un hombre con mucho poder en el siglo XXI. Para Nostradamus, después de que el Papa Juan Pablo II falleciera, sólo otro Papa podría acumular tanto poder.
Sin embargo, en ese momento la profecía no se cumplió, y vuelve a desempolvarse luego de que el papado de Benedicto XVI se interrumpiera por su renuncia.
Toma importancia la decisión que el cónclave tome sobre quién será el nuevo Papa, siendo que los católicos conforman una de las religiones con más feligreses en el mundo.
Se espera que el nombre la cabeza y heredero del ministerio de San Pedro se conozca para marzo, probablemente para Semana Santa ya se tenga un nuevo Papa.
COMUNICADO DE BENEDICTO XVI DONDE ANUNCIA SU RENUNCIA
Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013.
BENEDICTUS PP XVI