Temas publicados por Daniel Pulido y Denisse Garcia

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Denisse García mejor conocida como "La Ronca", es originaria del estado de Tamaulipas. Nacida en la ciudad de Río Bravo, Denisse emigro a los Estados Unidos a la edad de 14 años. Es una chica extrovertida, con valores hispanos bien arraigados. Curso la carrera de Ingeniería Cívil en la Universidad de Texas en San Antonio (U.T.S.A) pero regreso al valle e incursionó en la carrera de educación en la Universidad de Texas Pan-American. Sus inicios en radio se dieron en el año del 2007 con la empresa BMP radio, en la cual, Denisse, tenía el turno vespertino. De ahí, surge la oportunidad de trabajar en uno de los mercados Hispanos más grandes de la nación, al lado de Joaquin Garza "El Chulo", y a finales del 2007 se translada a la ciudad de Chicago, con la empresa Spanish Broadcasting Systems. Donde Denisse se destacó por su picardia, sencillez y manera de expresar su sentir. Tras el éxito de el show matutino, se muda a la Ciudad de Los Angeles, California, siendo este el Mercado Hispano #1 en la nación. En ésta ciudad Denisse tuvo la oportunidad de realizar Televisión y radio. Fué conductora de el programa Bar y Banda, que se transmite por cable y presenta videos de artistas del género Regional Mexicano. A la par de formar parte importante de el show matutino "El Chulo de la Manana" de la Raza 97.9. Denisse García a trabajado al lado de artistas de la talla del sr. Ramón Ayala, Banda Recodo, Niurka Marcos, Cardenales de Nuevo León, La Arrolladora Banda El Limón, Eduardo Santamarina, Intocable, Invasores de Nuevo León, Cuahtemoc Blanco, La Juez Cristina Pérez de Cristina's Court de el canal Fox, entre otros. Hoy en día, Denisse García, "La Ronca", vuelve al Valle de Texas y a la empresa que la vio nacer, BMP radio; actualmente R Communications, donde la pueden sintonizar en el morning show de la Ley 102.5/92.7 al lado de Hector Lepe, "El Zorro", de Lunes a Viernes de 6:00am a 10:00 am.

Niccolò Paganini:EL Violinista del diablo


Niccolò Paganini, (Génova, 27 de octubre de 1782 – Niza, 27 de mayo de 1840) fue un violinista, violista, guitarrista y compositor italiano, considerado entre los más famosos virtuosos de su tiempo, reconocido como uno de los mejores violinistas que hayan existido, con oído absoluto y entonación perfecta, técnicas de arco expresivas y nuevos usos de técnicas de staccato y pizzicato. 

Pero hubo quien dijo que lo vio. Alguna noche, mucho antes de que su leyenda creciera. Hubo alguien que aseguró haberlo visto invocar al diablo, postrarse delante del Maligno y repetirle el juramento. “Le dijo que su alma era suya a cambio de tocar como un ángel. Se encendió una luz que me cegó, Paganini se puso de pie y siguió su camino”, así dijo aquel testigo. Hubo quien le creyó y quien no le creyó. Más aquella versión fue creciendo y la gente hacia tumultos para verlo, y para oírlo tocar. Se arrebataban los boletos. Todos habían oído hablar de él, no solo los cultos. Hasta los mendigos y las prostitutas compraban sus entradas apenas se anunciaba que tocaría Nicolò Paganini, “El violinista del diablo”, como empezaron a llamarlo. 




Lo cierto es que a Paganini la vida le sonreía por donde pasaba -y no podía ser de otro modo: semejante genio. Feo como el demonio, su presencia impactaba a las mujeres al punto de arrojarse a sus pies. Y si no bastaba con su glamour, ahí estaba su manera de tocar (el violín, digo). A una de ellas que se resistía a amarlo, que se encerraba en su habitación y que había dado órdenes de que bajo ninguna circunstancia se dejara entrar a Paganini en su casa, el virtuoso se las ingenió para llegar hasta el balcón de la alcoba e improvisar una sonata para ¡una sola cuerda! Cuando la dama se percató de la hazaña violinística, le hizo un lugar en su cama al genio. 

Así anduvo Paganini, de mujer en mujer, de cama en cama. Era lo que más le atraía, junto con el dinero para gastarlo, para jugarlo. Tal vez porque durante su niñez había padecido pobreza y miseria, dinero que caía en sus manos dinero que gastaba. Y con la misma prontitud volvía a gastar más. Con la ventaja de que a veces ni en violines gastaba. Alguna vez que iba a tocar a un palacio y se le olvidó su propio instrumento, el anfitrión, de cuna noble y filántropo, extrajo su Guarnerius personal de la vitrina donde lo tenía a la vista de todos, y se lo prestó a Paganini para que saliera del aprieto. Después de que el violinista hubo tocado, el príncipe, duque, marqués o lo que haya sido, no fue capaz de guardar el violín en su sitio. Se lo regaló a Paganini sin dejar de besarle las manos. 

Quizás la leyenda del violinista del diablo se baso en lo que alguna vez relato Tartini acerca de su sonata “El trino del Diablo”: 

“Una noche, en 1713, soñé que había hecho un pacto con el Diablo y estaba a mis órdenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que, en un momento dado, le di mi violín y lo desafié a que tocara para mí alguna pieza romántica. Mi asombro fue enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla, éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó. Inmediatamente tomé mi violín deseando recordar al menos una parte de lo que recién había escuchado, pero fue en vano. La sonata que compuse entonces es, por lejos, la mejor que jamás he escrito y aún la llamo "La sonata del Diablo", pero resultó tan inferior a lo que había oído en el sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para siempre....” 

Paganini solía arrancarle en plena función las cuerdas a su instrumento y continuar sonando como si no hubiese sucedido nada.Fue uno de los primeros en utilizar la improvisación.

Niccoló Paganini falleció en Niza, Francia, el 27 de Mayo de 1840, pero el obispo de Niza negó el permiso para su entierro y su ataúd permaneció varios años en un sótano. La fama que se había tejido alrededor de su persona y su talento, forjados en un posible pacto con el demonio, fue determinante en esta decisión eclesiástica, sobretodo debido a que el propio Paganini rehusó acercarse a la Iglesia y desmentir aquellos comentarios. Solamente en 1876 fue permitido el funeral y sus restos se transfirieron al cementerio en Parma. 

Bienvenido el diablo, si fue quien iluminó a Paganini para que tocara como lo hizo, para que le diera al violín esa connotación mágica y para que le permitiera dejar su legado violinístico por excelencia: los Veinticuatro Caprichos para violín solo, inejecutables... 
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